A Pedro se le confía la entrega de una carta a Onji. Heidi lo distrae mostrando al niño cómo Picchi ya ha aprendido a volar y se van a los altos pastos donde algunas cabras se pierden mientras los niños juegan. Pedro y Heidi encuentran las cabras pero una niebla espesa las aísla. Niebla, el perro de Onji, los encuentra y les muestra el camino de regreso a los pastos donde Onji espera. Al final del día, llega a leer la carta que trae noticias de su tía, que está bien y felizmente establecida, deseando que Heidi se una a ella. Onji lanza la carta al fuego. No puede concebir su vida sin la niña ahora.